Citomegalovirus IgG: qué es y cómo entender el resultado

La prueba de IgG para citomegalovirus es una prueba serológica que tiene como objetivo evaluar si la persona tiene anticuerpos contra el virus del citomegalovirus (CMV), que normalmente se forman después de una infección por este virus. Esta prueba está indicada principalmente durante el embarazo, y suele realizarse junto con la dosificación de IgM, para saber si existe una infección pasada o reciente y, así, poder iniciar el tratamiento más adecuado, en caso de ser necesario.

Es muy importante que esta prueba se realice en el primer trimestre del embarazo, ya que si la mujer se infecta durante este período, hay más posibilidades de que se transmita al bebé y se produzcan complicaciones, como microcefalia, sordera congénita y epilepsia, por ejemplo. .

A pesar de ser solicitada con frecuencia durante el embarazo, la prueba de IgG para citomegalovirus puede recomendarse a todas las personas, especialmente cuando existe la sospecha de infección. Obtenga más información sobre el citomegalovirus.

¿Qué significa reactivo IgG?

Un resultado de IgG reactivo para citomegalovirus indica que la persona tiene anticuerpos contra el virus, lo que podría deberse a una infección pasada o reciente. Los valores de referencia para citomegalovirus IgG pueden variar según el laboratorio, sin embargo, se consideran las pruebas serológicas positivo o reactivo cuando es mayor o igual a 1 U/mL.

Es importante señalar que un resultado positivo o reactivo IgG no necesariamente indica que la infección esté activa. Para ello es importante realizar la prueba de IgM para citomegalovirus, ya que esta inmunoglobulina es la primera que se produce cuando hay una infección. Obtenga más información sobre IgM e IgG.

Cómo confirmar la infección por citomegalovirus

Los síntomas de una infección por citomegalovirus no son específicos e incluyen dolor muscular, fiebre superior a 38 °C o dolor de garganta. Además, en muchos casos no hay síntomas en absoluto, ya que el virus puede permanecer latente durante mucho tiempo. Por ello, la mejor manera de confirmar la infección es a través de un análisis de sangre, que debe ser indicado por el médico.

Cómo entender el resultado del examen

El diagnóstico se realiza con el análisis de sangre CMV durante el embarazo, y el resultado puede ser:

  • IgG mayor o igual a 1 U/mL: la prueba se considera positiva o reactiva, lo que puede indicar que la persona entró en contacto con el virus en una infección antigua o tuvo una infección reciente, y es importante evaluar la presencia de IgM en la circulación para verificar que el la infección está activa;
  • IgG menos de 1 U/mL: la prueba se considera negativa o no reactiva, lo que puede indicar que la persona nunca ha tenido contacto con el virus o ha tenido una infección aguda durante algunos días, y es importante evaluar la presencia o ausencia de IgM;
  • IgM no reactivo o negativo e IgG reactivo o positivo: la mujer ha estado en contacto con el virus durante más tiempo y el riesgo de transmisión es mínimo.
  • IgM reactiva o positiva e IgG no reactiva o negativa: infección aguda por citomegalovirus, es más preocupante, el médico debe orientar el tratamiento.
  • IgM e IgG reactivas o positivas: se debe realizar una prueba de avidez. Si la prueba es inferior al 30%, existe mayor riesgo de infección del bebé durante el embarazo.
  • IgM e IgG no reactivas o negativas: nunca ha habido contacto con el virus y, por tanto, se deben tomar medidas preventivas para evitar un posible contagio.

Cuando se sospecha que el bebé tiene una infección, se puede tomar una muestra de líquido amniótico para evaluar la presencia del virus. Sin embargo, según el Ministerio de Salud, el examen del bebé solo debe hacerse después de los 5 meses de embarazo y 5 semanas después de la infección de la mujer embarazada.

Cómo tratar para prevenir la transmisión

El tratamiento del citomegalovirus en el embarazo debe realizarse de acuerdo con la orientación del obstetra, con el uso de medicamentos antivirales, como Aciclovir, por ejemplo, o inyecciones de inmunoglobulina, que tienen como objetivo estimular el sistema inmunológico y combatir la infección, evitando la transmisión al bebé. Durante el tratamiento, el médico debe indicar periódicamente que se realicen pruebas para controlar el desarrollo del bebé y asegurarse de que el virus no esté provocando cambios. Conozca más detalles sobre el tratamiento del citomegalovirus en el embarazo.

Qué hacer para prevenir infecciones en el embarazo

Dado que aún no existe una vacuna que ayude a protegerse contra el virus, es importante que las mujeres embarazadas sigan algunas recomendaciones generales para evitar el contagio, como:

  • Use condones en el contacto íntimo;
  • Evite ir a lugares públicos con mucha gente;
  • Lávese las manos inmediatamente después de cambiar el pañal de un bebé o cada vez que entren en contacto con las secreciones del niño, como la saliva, por ejemplo;
  • No bese a niños muy pequeños en la mejilla o en la boca;
  • No utilice objetos que pertenezcan al niño, como tazas o cubiertos.

Los niños son los principales responsables de la transmisión del citomegalovirus, por lo tanto, estas recomendaciones deben ser seguidas por la gestante durante todo el embarazo, especialmente si trabaja con niños.

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